Los salarios de tramitación constituyen la compensación para un empleado despedido que, tras impugnar su despido y ganar en la corte una resolución que declara el despido injustificado o inválido, recibe este monto. Esta idea está respaldada por el artículo 56 del Estatuto de los Trabajadores y busca retribuir los ingresos que el trabajador habría obtenido si hubiera seguido laborando mientras el asunto se dirimía legalmente, en lugar de tener que acudir a los tribunales.
Cuando un empleado es despedido, puede recurrir a los tribunales si considera que el despido no se ha realizado de acuerdo con la ley o viola sus derechos fundamentales. El Juzgado determina si el despido es justificado, injustificado o nulo. Si estás en esta situación, te explicamos cómo proceder ante un despido. Si el tribunal falla a favor del empleado y declara el despido como injustificado, el empleador tiene cinco días desde la notificación de la sentencia para optar entre recontratar al trabajador o pagar una indemnización por el despido improcedente.
En el caso de un despido declarado como nulo, la readmisión es inmediata y el empleador no puede elegir pagar una indemnización. Esto implica que durante el tiempo entre el despido y la readmisión, el empleado debió continuar trabajando y dejó de recibir su salario debido a la decisión unilateral del empleador.
Este salario no percibido debe compensarse al momento de la readmisión, lo que significa que la empresa debe pagar al trabajador el salario correspondiente a los meses en los que estuvo fuera de su puesto durante el proceso legal. Si estás en esta situación, es aconsejable buscar asesoramiento legal especializado en derecho laboral para evaluar tu caso y entender las opciones disponibles ante tu despido.
Cuándo puede un trabajador reclamar los salarios de tramitación
Los salarios de tramitación se originan a raíz de una sentencia que declara un despido injustificado o nulo, por lo que el empleador no tiene la obligación de pagarlos hasta que se emita esa resolución. Por tanto, solo se pagan una vez que se impugna el despido y se obtiene una sentencia favorable para el trabajador. En estos casos, se presentan tres escenarios:
Si es un despido nulo, los salarios de tramitación se generan de inmediato junto con la readmisión. En caso de un despido injustificado, el empleador puede elegir entre readmitir al trabajador o pagar una indemnización. Solo si opta por la readmisión se generan estos salarios. Si el trabajador es un representante legal de los trabajadores, él decide entre la readmisión o la indemnización en caso de un despido injustificado.
Cómo se calculan los salarios de tramitación
Estos salarios cubren la pérdida de ingresos debido a un despido injustificado o nulo. Por eso, comienzan a calcularse desde la fecha efectiva del despido y se pagan hasta la notificación de la sentencia, independientemente de si pasa un período corto o largo de tiempo.
Si el trabajador consigue un nuevo empleo durante este período y no puede ser readmitido, los salarios se pagan desde el despido hasta la incorporación al nuevo trabajo. Además, estos salarios no solo incluyen el salario neto del trabajador, sino que el empleador también debe cotizar a la Seguridad Social por los salarios brutos, según lo establecido en el artículo 56 del Estatuto de los Trabajadores.
Quién debe pagar los salarios de tramitación
La responsabilidad de pagar los salarios de tramitación recae en la empresa que realiza el despido injustificado o nulo. Sin embargo, el artículo 56 del Estatuto de los Trabajadores establece que si la sentencia no se dicta en los primeros 90 días desde que se presenta la demanda, el Estado asume esa obligación.
Por lo tanto, aunque inicialmente la empresa deba pagar los salarios de tramitación, si la sentencia tarda más de 90 días hábiles desde la presentación de la demanda, la empresa puede reclamar al Estado el costo de la demora en el procedimiento.
