Tributación de residentes españoles con negocios en el exterior
Cuando un emprendedor opta por comenzar un negocio en el exterior, es probable que surjan preguntas sobre cómo se gravan las empresas fuera de España. Ya sea por el atractivo turístico que genera o por las diferencias impositivas con otros países en comparación con las nuestras, es frecuente que un emprendedor decida abrir un negocio fuera de nuestras fronteras o expandir su empresa con una nueva sede en el extranjero. Por ejemplo, en América del Sur o en América Central, lugares donde el idioma compartido facilita la actividad empresarial.
Es cada vez más común que un extranjero se mude temporalmente a nuestro país para establecer una sucursal de su principal negocio o incluso para iniciar uno nuevo, y luego regresar a su país de origen. O al revés, que un español, siendo residente en España, decida trasladar su empresa a otro país, pero continúe viviendo dentro de nuestras fronteras junto con su familia.
Una vez superados todos los trámites necesarios para iniciar el negocio, es crucial comprender cómo y dónde se gravarán los ingresos generados por esa empresa. Las autoridades tributarias de diferentes países harán todo lo posible para asegurarse de que los ingresos de un ciudadano residente en su territorio no pasen desapercibidos.
Para esto, se han establecido normativas que regulan los conflictos que surgen cuando, por ejemplo, un residente español recibe ingresos de un hotel que posee en Chile. Tanto la administración tributaria española como la chilena buscarán gravar estos ingresos. No es sorprendente que las autoridades tributarias busquen formas de gravar todos los ingresos posibles para aumentar los ingresos fiscales del Estado a través de impuestos de sus ciudadanos y residentes.
Cómo se imponen los impuestos a empresas en el extranjero
El acuerdo entre los países de residencia de la persona física y de la empresa, donde se generan los ingresos, determina qué país impondrá impuestos sobre esos beneficios. La mayoría de estos acuerdos siguen un modelo estándar establecido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Aunque son similares en algunos aspectos, varían en puntos específicos.
Para determinar con certeza dónde debe tributar una empresa que opera en el extranjero, es recomendable consultar a un abogado especializado en Derecho Fiscal y Tributario. Este profesional estudiará el acuerdo específico con sus particularidades y asegurará la mejor solución en materia de Fiscalidad Internacional para el empresario.
Por ejemplo, si una persona vive más de 183 días en España, generalmente se considera residente en este país, independientemente de si tiene o no una residencia permanente aquí o si tiene o no una familia aquí. Imaginemos que después de varios viajes a diferentes ciudades de Chile, decide abrir un hotel en una de esas ciudades. La empresa será residente en Chile, y la persona que creó esa empresa para operar el negocio seguirá siendo residente en España. Estos datos son cruciales, ya que determinarán dónde se deben pagar impuestos para evitar sanciones de ambas administraciones tributarias.
Cómo se gravan los ingresos de un negocio en el extranjero
Los ingresos obtenidos por la empresa residente en Chile tributarán en ese país. Sin embargo, cuando el hotel comience a generar beneficios, el residente español recibirá dividendos que serán gravados en su país de residencia, España. El Convenio de Doble Imposición entre España y Chile determina qué administración tributaria es competente para gravar estos ingresos de la persona física.
Según la normativa, los ingresos obtenidos por los beneficios de la empresa residente en Chile pueden ser gravados tanto en España como en Chile. No obstante, la administración tributaria chilena no podrá gravar estos ingresos por encima del 10%. Por lo tanto, el residente español pagaría como máximo un 10% de los ingresos obtenidos como dividendos a la hacienda chilena.
Intervención de la Hacienda española en los beneficios en el extranjero
Los Convenios de Doble Imposición establecen un mecanismo para evitar la tributación de beneficios en ambos países. Algunos utilizan un mecanismo de deducción y otros de exención. En nuestro caso, el artículo 22 del Convenio entre España y Chile aplica el mecanismo de deducción, permitiendo deducir lo pagado a la administración tributaria chilena del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas en España. El límite máximo que puede gravar la administración tributaria chilena es del 10% de los dividendos obtenidos.
Entender estos Convenios de Doble Imposición es clave para una estrategia fiscal eficiente y legal que reduzca la carga tributaria. Por ejemplo, si los ingresos son recibidos por una entidad residente en España en lugar de una persona física, y se cumplen ciertos requisitos establecidos en la normativa, el límite máximo que puede gravar la administración tributaria chilena se reduce al 5%.
Añadiendo la exención prevista en la normativa española para los ingresos que reciba una entidad residente en España en concepto de dividendos procedentes de otra entidad en el extranjero, siempre que se cumplan los requisitos legales, el impuesto total pagado puede reducirse al 5%.
La casuística es amplia y se deben considerar todos los detalles de cada situación para diseñar una estrategia fiscal adecuada y decidir en qué territorio establecer el negocio. Por eso, desde el despacho de abogados de Barcelona Bach Legal Group siempre recomendamos consultar a un abogado especializado en Derecho Fiscal y Tributario que conozca los fundamentos de la Fiscalidad Internacional.